8 consejos para mejorar nuestras legumbres

 

1. Es recomendable dejar las judías y los garbanzos unas 12 horas en remojo para que, además de reducir su tiempo de cocción y así perder menos nutrientes, se vuelvan más digestivos. Los garbanzos mejor dejar remojando en agua caliente y con un poco de bicarbonato.

2. Nunca reutilizar para cocer el agua del remojo ya que está llena de anti-nutrientes.

3. No hay que comer nunca legumbres que no estén bien hechas ya que son muy indigestas y en grandes cantidades pueden ser tóxicas para el organismo. En caso de duda siempre es mejor que se nos pasen un poco a que nos queden crujientes, arriesgándonos a sufrir un dolor de estómago o una indigestión.

4. Si tenemos el vientre suelto o problemas digestivos lo ideal es comerlas muy blanditas y sin piel. Para eso podemos tomarlas en crema o puré, pasadas por un pasapuré o directamente tomar lenteja roja (que no tiene piel).

5. Podemos combatir su efecto flatulento si al agua de cocción le ponemos unas hierbas o especias carminativas como pudieran ser de hinojo, clavo, comino o anís.

6. La mayoría de legumbres son una enorme fuente de hierro pero nuestro cuerpo no es capaz de aprovecharlo todo. Para mejorar su absorción sólo hay que incluir en la misma comida una fruta o verdura muy rica en Vitamina C. Otra posibilidad es acompañar la comida de un agua con limón.

7. Si queremos asegurarnos de completar todos los aminoácidos esenciales del día (y crear proteínas completas) deberíamos combinarlas con cereales, ya que ambos tienen los aminoácidos que al otro le falta. Nos es imprescindible combinarlos en la misma comida: bastará que ambos ingredientes estén presentes en el día.

8. Es preferible tomarlas al mediodía, ya que de noche pueden resultar algo indigestas. Por la noche la digestión se hace más lenta lo que a veces causa fermentaciones y gases, con lo que al menos deberíamos dejar unas horas entre que finalizamos la comida y nos vamos a dormir.

 

Lentejas de colores

Share This
A %d blogueros les gusta esto: