El otoño es vivido por muchos como el verdadero comienzo del año con el fin de las vacaciones y comienzo de un nuevo ciclo.
Esto puede necesitar de ciertos ajustes que, emulando a los buenos propósitos de noche vieja, creen unos sencillos hábitos que nos permitan una transición de estación sana y equilibrada. Así que vamos a prepararnos para la llegada del frío y la nueva estación del mismo modo que damos la bienvenida al nuevo año el 31 de diciembre: con uvas.
Reforzar nuestras defensas con una cura de uvas que depure nuestro cuerpo y nos de un chute de antioxidantes es algo que sentará unas buenas bases para mejorar el aspecto de nuestra piel, niveles de energía, transito intestinal, sistema inmune… ¿Como?

  • Bastará con hacerla durante 1 días y si podemos 2 mejor. Mi consejo es que lo hagáis en días libres (como el fin de semana).
  • Mejor uvas rojas y tomarlas con su piel (bien lavadas).
  • Máximo 1 kilo de uvas distribuidas a lo largo del día será suficiente: El alto contenido en glucosa de las uvas nos dará energía y harán más leves los efectos de la cura detox.
  • Durante todo el día acompañaremos a las uvas con mucho líquidos en forma de agua, calditos, zumos frescos o infusiones. 
  • Aprovecharemos esos días para dormir muuuucho! 🙂


Otros consejos

Otra clave para mantener una mente sana es regular las horas de sueño especialmente ahora que los días empiezan a ser más cortos y nuestro cuerpo desgasta más energía. No se trata de dormir siete, ocho o nueve horas sino de dormir las suficientes. Cada persona tiene un reloj interno que se regula en función de la etapa de la vida y la estación, y por eso es conveniente intentar organizarnos los días en función de las horas de sueño que nos pida nuestro cuerpo y no al revés. Así que ahí va el consejo: Ponte una alarma para irte a la cama además de la de despertarte 🙂

Una vez despiertos el desayuno debe ser lo más completo posible para poner en marcha el metabolismo y recargar las pilas. Durante el día hay que intentar no dejar demasiadas horas entre cada ingesta de alimentos, teniendo siempre a mano unos frutos secos (ni salados ni fritos) a modo de snack. También es importante no olvidarse de beber lo suficiente, ya que con el descenso de las temperaturas el organismo tiende a pedir menos líquidos. Si nuestro cuerpo se deshidrata no eliminaremos las toxinas que acumula y nos sentiremos más fatigados.

Pero de todos los hábitos que debemos incorporar a nuestro día a día, el que ciertamente es indispensable es el ejercicio. Los hábitos sedentarios son letales para sobrevivir a un cambio de estación. Ya se sabe que no hay posibilidades de una mente sana sin un cuerpo en forma, y realizar ejercicios sencillos que no nos agoten es la mejor manera de renovar el flujo de oxígeno y sangre al cerebro, y así vencer el decaimiento y estrés. Aprovecha cualquier excusa para moverte, porque en movimiento, ¡la nostalgia otoñal no será capaz de atraparte!

 

 

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